Jean-Blaise Goyenetche

(1778-1842)

Oficial de la Guardia de Honor Vasca

Comisionado para la formación del Cuerpo Franco-Vasco

Alcalde de Saint-Pée-sur-le-Nivelle

Juez de paz del cantón de Ustaritz

Nacido en Saint-Pee-sur-le-Nivelle, Baja Navarra, el 2 de febrero de 1778. Fue el primogénito de Jean-Blaise Goyenetche y de Marie Larralde. Recibió una buena educación cristiana, que, sumado al buen espíritu y corazón del joven, hizo destacarse entre la juventud. Por esa razón, cuando, con la llegada de Napoleón, se creó la Guardia de Honor Vasca, fue nombrado teniente de la misma.

Al haber estallado la guerra entre Francia y la Península, la situación en la frontera de ambas naciones se hallaba en constante peligro. Es por ello que fueron formadas las “columnas móviles” en las comunas, siendo Jean-Blaise ascendido a comandante de las mismas.

Jean-Blaise cumplió sus funciones con tanta valentía que, durante la época del regreso del Ejército de España a tierras francesas, el 3 de julio de 1813 fue nombrado “jefe-adjunto” o mayor (comandante) de la Legión de las Cohortes, guardias nacionales de los cantones rurales de los alrededores de Bayona. Con esta unidad organizó los exploradores del ejército comandado por José Bonaparte.

Estuvo en la vanguardia, siguiendo todos los movimientos del ejército hasta el 1 de marzo de 1814, cuando fue nombrado “jefe de partisanos” para una comisión emitida en Barcelona por el general de división Jean Isidore Harispe. Ese mismo año se encontraba a la cabeza de 450 hombres reclutados por él mismo, cuando recibió la noticia de la primera abdicación de Napoleón. Licenció a la tropa en el acto.

“El vasco aborrece la emigración; él quiere vivir y morir en su país. En los viejos tiempos, este país no suministraba seis soldados al ejército; Sin embargo, en la guerra de 1793, los vascos, comandados por sus compatriotas, fueron el terror del ejército español. Hoy, unidos como entonces bajo las órdenes de los oficiales tomados en el país, prestarían, estoy seguro, los mismos servicios a la patria. Todos son valientes y están fuertemente constituidos; su agilidad es una ventaja que tienen sobre los soldados de otros países, especialmente cuando es necesario luchar en sus montañas…; no cuentan para nada las fatigas de la guerra cuando lo hacen en casa. Esta verdad fue probada en la última unión en las campañas de 1813 y 1814 por la energía y el celo que mostraron algunos restos de las guardias nacionales que las circunstancias hicieron posible reunir. Creo que si Su Majestad, por una disposición particular, ordenara, sin perjuicio de la activación del cuerpo de la Guardia Nacional, la organización de un nuevo cuerpo regular bajo el nombre de «cazadores vascos», que sería ordenado por oficiales de la misma provincia, con la garantía de que este cuerpo sería licenciado tan pronto como se asegurara la paz con España, y que al mismo tiempo los hombres de cualquier arma que, después de un reclutamiento voluntario, fueran parte de este cuerpo, se le daría licencia absoluta; Creo que después de la apertura de una inscripción voluntaria, veríamos hombres valientes que aún admirarían al ejército francés (…)».

El 21 de mayo de 1815, fue enviado al servicio del general de división Jean Isidore Harispe. Poco después, el 3 de ese mismo mes, recibió orden de crear un “cuerpo franco vasco”. Pero no pasaría de ahí, puesto que los rápidos acontecimientos de la “campaña de los 100 días” no permitieron su estructuración.

«Su vestimenta debería ser similar a la utilizada en este país: que generalmente se adoptó en 1793 era azul cielo, un poco como los húsares; su armadura, un mosquetón con bayoneta, un sable y un cinturón de cartuchos en lugar de giberne. De ser necesario, en caso de una invasión, uno podría usarlos empleándolos por completo o mediante destacamentos para hacer la guerra de partisanos…».

Es interesante señalar que, del mismo modo, ejerció como funcionario público en su localidad a lo largo del año de 1803: Saint-Pée-sur-le-Nivelle. Jean falleció el 6 de febrero de 1842, pero no sin recibir una última dedicatoria un tiempo después a su lecho de muerte:

“Recibo su carta, señor capitán, y con gran pena me enteré de la muerte de mi pobre amigo Goyenetche. Testifique, por favor, a su familia, la parte que tomo de su desgracia y el dolor que siento. Me hubiera gustado poder ir y      dar el último adiós a los restos mortales del Sr. Goyeneche, pero el estado de          mi mala salud me impide abandonar Bayona y darle esta última y triste prueba de mi amistad. (…) Recibí, etc. Conde de Harispe (…)» .


Bibliografía

  • Haristoy, P. (2018): Recherches Historiques Sur Le Pays Basque, Vol. 2: Galerie Basque de Personnages de Renom, Les Fors Et Coutumes Des Trois Provinces Basques Cis-Pyrénéennes. France: Classic Reprint.

Aritz Irazusta Berasategui es recreador histórico y divulgador. Forma parte de la Asociación de estudios «Fusiliers-Chasseurs Madrid» y de la agrupación cultural y de recreación «Estado Mayor de Berthier». Actualmente se encuentra interesado en la historia del País Vasco en la Edad Moderna y Contemporánea.

Para citar este documento: Irazusta, Aritz. “Jean-Blaise Goyenetche”. “Asociación Fusiliers-Chasseurs Madrid”. Junta Directiva Fusiliers-Chasseurs Madrid. Fecha: 2020, Noviembre, 10. Disponible en: https://fusilierschasseursmadridasociacion.wordpress.com/jean-blaise-goyenetche/