Joachim Murat

(1767-1815)

Rey de Nápoles

Gran duque de Berg

Mariscal de Francia

Un torrente, un romántico indisciplinado, un maestro jinete, en definitiva, el mariscal Murat. Muchas son las opiniones acerca del extravagante caudillo, empero, en raras ocasiones tratado en contexto. Joachim Murat nació en la Gascuña francesa en 1767, siendo un personaje paralelo a la carrera de Napoleón.

Si algo caracterizó a Murat no fue la cobardía, aunque conforme el fin del Emperador se acercaba, no dudó en salvar el pellejo a conveniencia en la última etapa, ora al servicio del Emperador, ora eludiéndolo. En cualquier caso, como la gran parte del «mariscalato imperial», provenía de una familia humilde, comenzando su carrera antes de la revolución en los cazadores a caballo. Sus andanzas castrenses brillaron desde el «13 de Vendimiario», donde, al servicio de Napoleón, sofocó una revuelta popular realista que afianzaría la confianza entre ambos. Ulteriormente, participó en la primera campaña de Italia, en el Estado Mayor del joven «strategos», y bajo la oportuna graduación de general de brigada. Sin dilación, tomó especial relevancia en la campaña de Egipto, siendo notable su aportación en la segunda batalla de Aboukir, como general de división. No puede olvidarse lo imprescindible de su actuación en el 18 de Brumario.

En el Consulado se ganó la mano de Carolina, lo que, junto a su hoja de servicios, garantizó el libre acceso al «César». Sin duda era un oficial brioso y cargado de ánimo e ilusión, un soldado nato. A pesar de ello, no sobresalió especialmente en la comprensión de las complejidades estratégicas. En los años del Imperio francés, Napoleón lo consideró, aparte de su cuñado y viejo camarada, un obstinado líder de necesidad en una campaña. Fue crucial su participación en la campaña de Austerlitz, sobre todo en la confusión de Leiberich. Un factor desconocido de este personaje es su inclinación por cierta elocuencia y retoricismo, atributos que bien encajan con la galantería con que se hacía conocer y que, fue «in crescendo» a lo largo de su vida. Es más, durante la etapa republicana se vio atraído por la política, dadas sus habilidades de oratoria, que pueden verse en numerosos juicios…

Obtuvo la corona de Nápoles en 1808, además del infructuoso mando en España. La disonancia entre su persona y el Emperador viene con este nombramiento, disparando su codicia. Sin embargo, se le requirió en Rusia, donde sus cargas no fueron prescindibles. Al ver el fin del Primer Imperio, pactó con los aliados, traicionándolo estos seguidamente. Estaba decidido a unificar la nación italiana bajo un mismo estandarte. Así pues, el frustrado Murat, en su negación pasada del acceso al trono hispánico, unido a su impopular presencia en nuestro país, tomaba ahora los cauces de la épica itálica. La Proclama de Rimini pone de manifiesto el hecho, donde incita a sus súbditos y foráneos a tomar su empresa. Finalmente, fue derrotado y murió fusilado en 1815, sin bengala militar ni corona, pero gallardo, altivo, interpretando el papel que quiso.

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Bibliografía

• Chandler, D. (2005): Las campañas de Napoleón. Madrid: La Esfera de los Libros.

• ———–. (2000): Napoleon’s marshals. London: Macmillan Publishing USA.

• Departamento de Historia Moderna de Barcelona | https://ddd.uab.cat/pub/recdoc/2005/81276/murat_canales_a1815.pdf | Fecha de acceso: 3/04/21.

• Grant, R. G. (2007): Batalla. El recorrido visual más completo a través de 5000 años de combates. Madrid: Pearson Alhambra.

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Para citar este documento: Yamuza, Ernesto. “Joachim Murat”. “Asociación Fusiliers-Chasseurs Madrid”. Junta Directiva Fusiliers-Chasseurs Madrid. Fecha: 2021, Abril, 15. Disponible en: https://fusilierschasseursmadridasociacion.wordpress.com/joachim-murat-fusiliers-chasseurs/